Han pasado casi 10 años desde que decidí saltar esa delgada línea entre ser empleado y convertirme en empleador desarrollando mi primer negocio (sobre ebusiness, por cierto). Recuerdo muy bien que mi incentivo principal fue destinar el mismo tiempo (o más) que dedicaba a generar riqueza para otra empresa, a generar mi propia riqueza. La decisión de ser emprendedor no fue fácil y básicamente me enfrenté a las siguientes disyuntivas:
- Dejar un trabajo estable para iniciar una idea de negocios «potencialmente exitosa» (es más fácil ser emprendedor cuando estás buscando empleo).
- No tenía capital inicial para empezar, solo contaba con algunos ahorros.
- La familia y los amigos siempre me recomendaron quedarme como estaba y no ponerme a «inventar».
- El negocio del ebusiness no era realmente conocido o utilizado en este mercado
- Mi enfoque era un mercado que tradicionalmente no invertía en ese tipo de productos: Pymes.
Con todo y esto, tomé la decisión de decirle adiós a mi último cheque «seguro» y comenzar a trabajar en mi idea de negocios. Afortunadamente, hoy puedo decir de que la idea resultó ser un negocio exitoso y, aunque siempre hay oportunidades de mejora, me siento tranquilo y satisfecho con la evolución de esta idea.
¿Cómo se logra esto?. Naturalmente, no hay fórmulas mágicas para ser emprendedor y las condiciones de mercado, el tipo de negocio, las ganas y motivación de hacerlo, entre otros son variables que juegan un papel muy importante y determinan el éxito o fracaso de un emprendimiento. Sin embargo, les comparto lo que a mi me funcionó:
- Enfrenta tus miedos. Valiente no es una persona sin miedos, sino una persona que pese a ellos sigue adelante.
- Confía en tu idea de negocio. Si es lo suficientemente fuerte, debes darlo todo por ella.
- Rodéate de gente visionaria. Escuchar constantemente que algo «no se puede hacer» puede minar tu estado de ánimo.
- Investiga, lee, infórmate. Cuanto mayor conocimiento tengas sobre tu idea y el mercado, menor el riesgo de perder dinero invirtiendo en ella.
- Ten fe en tu idea. No importa si la gente no confía en que funcione: tu éxito será contagioso también para ellos.
- Apuéstalo todo al proyecto. No pienses en asignar solo una parte de los recursos al proyecto y guardar la otra parte «por si te sale mal».
- Siéntete orgulloso de los logros y avances. Aunque sean pequeños al inicio: son tuyos.
Es fácil caer en la desmotivación conforme van pasando las semanas de un nuevo proyecto y vemos que los resultados no son los esperados. Es normal no tener resultados al inicio, pues todo negocio tiene una etapa de desarrollo y maduración, debemos pagar el derecho de incursionar frente a otros negocios y ello toma tiempo. Pero si tenemos la suficiente paciencia y motivación por hacer lo que queremos hacer, es cuestión de tiempo el ver reflejada nuestra idea potencial en un creciente y próspero negocio propio.